Pero además, los suelos realizan multitud de servicios ecosistémicos: almacenan y purifican el agua, reducen los contaminantes, participan del ciclo de nutrientes (N, P, K, Ca…), retienen el carbono y regulan el clima. Gracias a él obtenemos alimentos, fibras y combustibles, así como materiales de construcción. Además es una fuente de productos farmacéuticos y recursos genéticos y, por supuesto, es el hábitat de infinidad de organismos vivos, entre ellos los humanos.
Los suelos abastecen el 95% de los alimentos producidos en el mundo, exceptuando lo que proviene de los océanos. Lamentablemente el 40% de los suelos de la Tierra están moderada o altamente degradados por diversos motivos tales como agotamiento de nutrientes, acidificación, salinización, compactación, contaminación química y erosión. Muchas de estas consecuencias se han visto agravadas en las últimas décadas por la intensificación de las técnicas de la agricultura industrial, que incluyen el excesivo uso de agroquímicos, la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la quema de biomasa. Dichas prácticas también han contribuido con un aumento en la atmósfera de los principales gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), reduciéndose considerablemente las reservas de carbono del suelo, algo crucial para la vida.
Nos enfrentamos a un gran desafío a nivel mundial, garantizar alimentos para toda la humanidad, sabiendo que la población aumenta cada día. Por lo tanto, conocer, valorar y cuidar del suelo no es sólo tarea de agricultores y ganaderos, sino de toda la sociedad, cada persona desde su propio lugar de actuación. Pero, ¿sabemos realmente lo que es el suelo?
Las diferentes formas de vida del suelo pueden clasificarse en función de su tamaño. Por un lado se encuentran los microorganismos destacando los hongos y las bacterias; la microfauna, entre los que se encuentran protozoos y nematodos; la mesofauna: colémbolos y ácaros, entre otros; y la macrofauna: lombrices, hormigas, insectos, arañas y pequeños mamíferos.
La base de la red trófica del suelo es la materia orgánica, por un lado las plantas y por otro los restos vegetales, de animales y de microorganismos. La conexión entre planta y suelo se da a través del intercambio de nutrientes. Las plantas exudan, a través de las raíces, principalmente azúcares, pero también algo de proteínas y otros carbohidratos. A partir de este momento, la red trófica del suelo se activa, cumpliendo cada grupo de organismos su función específica. El equilibrio de la red permitirá que la planta obtenga los nutrientes necesarios para completar su nutrición, fortaleciendo además su sistema inmune. El resultado es la fertilidad de un suelo vivo y estructurado, con una apariencia esponjosa, que además de retener los nutrientes, descompone toxinas, secuestra carbono y evita la erosión.
Sin embargo, la situación real de muchos suelos es otra muy diferente. Las prácticas agrícolas empleadas en las últimas décadas, caracterizada por el arado profundo y el uso de abonos nitrogenados favorecen la rápida descomposición de la materia orgánica. La mayor parte de la vida microbiana no sobrevive pues se queda sin alimento. El suelo se compacta, se endurece y se desagrega, es decir, pierde su estructura y por tanto la capacidad de infiltrar agua. Por otro lado las plantas cultivadas empiezan a enfermar y son atacadas por insectos y hongos, se empiezan a usar insecticidas y fungicidas. La causa principal es la carencia nutricional que presentan al tener solo unos pocos nutrientes disponibles procedentes de los abonos químicos. Algunas plantas adventicias, las llamadas malas hierbas, empiezan a aparecer, son indicadoras de deficiencias minerales y de condiciones adversas como la baja permeabilidad, se empiezan a usar los herbicidas. El resultado de esta espiral de degradación es un suelo enfermo y agotado, que no puede realizar sus servicios ecosistémicos, que es cada vez más dependiente de los insumos externos para mantener la productividad.
Existe, además, una relación directa entre el estado del suelo y la calidad de los alimentos que ingerimos. Un suelo enfermo, con deficiencias nutricionales, producirá alimentos que también las tengan, por lo que habrá deficiencias de micronutrientes en personas que aparentemente están bien alimentadas.
La estructura y la fertilidad se pueden recuperar en un suelo. La regeneración es posible adoptando prácticas sostenibles de manejo basadas en cuatro principios que se presentan a continuación:
1- Cobertura del suelo:
El suelo cubierto mediante cultivos densos de cobertura vegetal o acolchado de materia orgánica presenta una serie de ventajas que permiten que comience su recuperación. Por un lado evitan el calentamiento excesivo por insolación directa. También lo protegen del impacto de las gotas de lluvia, favoreciendo que se infiltren más lentamente. Quedan resguardados de los vientos, evitando que el agua ya infiltrada sea fácilmente evaporada. De esta manera, la humedad permanece más tiempo y al alcance de las raíces, algo fundamental en los veranos mediterráneos, secos y calurosos.
Cuando comienza la recuperación de la fertilidad del suelo hay que elegir especies vegetales que lo cubran lo más rápidamente posible. Cuanto mejor conozcamos el lugar donde estamos, su clima y microclima, así como el estado del que el suelo parte, más posibilidades tendremos de elegir las especies correctas. Para ello se puede solicitar un análisis de suelo o realizar unos test caseros de fertilidad.
Si las condiciones del suelo todavía no son favorables, se suelen emplear plantas anuales de abonos verdes con bajas exigencias nutricionales, dando prioridad a las que sean capaces de generar más biomasa. En ambientes extremadamente secos, se emplean también cactáceas, agaves y crasas.
Otra opción, complementaria a la anterior y propuesta por la agricultura sintrópica, es realizar plantaciones densas de árboles poco exigentes, de crecimiento rápido. Una vez que hayan crecido se efectuarán podas apicales cada año, depositando la madera en el suelo, triturada o no, para que se vaya descomponiendo. Dichos árboles serán sustituidos por otras plantaciones. Este método es más demorado en el tiempo pero no necesita ningún tipo de fertilizante inicial, ni siquiera estiércol.
La opción de acolchar el suelo con madera rameal fragmentada, aquella procedente exclusivamente de las ramas de los árboles, trae óptimos resultados. En ellas se concentra el 70 % de los nutrientes de la planta y se considera una materia orgánica fundamental para formar agregados del suelo. El humus formado será más estable y duradero que el compuesto por abonos verdes o estiércol.
2- Diversificación de especies
Los sistemas agrícolas forman parte de un ecosistema mayor que es la naturaleza, y una de sus estrategias es la biodiversidad. Para regenerar la vida de los suelos en los agroecosistemas es muy importante aportar al suelo materia orgánica procedente de una gran variedad de plantas, que han coincidido en espacio y tiempo. De esta manera la vida del suelo también será diversa y aumentará la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
Las prácticas que se emplean para el aumento de la biodiversidad son: cobertura vegetal compuesta al menos por cinco especies diferentes, rotación de cultivos y policultivos (consultar ficha Agroecosistemas diversificados), así como el desherbado selectivo de plantas silvestres, pues muchas plantas de cultivo se desarrollan bien con su presencia e inclusive algunas son comestibles.
Otra forma de añadir biodiversidad, fuera de nuestro foco de producción directa son los corredores ecológicos, las bandas florales y los setos vivos (consultar ficha Biodiversidad funcional).
3- Mínima perturbación mecánica del suelo
Si al inicio un suelo está muy compactado y se quiere introducir un cultivo de cobertura, para posteriormente plantar los cultivos productivos, se puede realizar un mínimo laboreo, cuya profundidad no sea superior a los 15-20 cm y no se voltee la tierra. Si la superficie a labrar es grande se podrán utilizar gradas de discos, un arado de cincel o un subsolador con roller. Si trabajamos en pequeñas superficies será suficiente con una horca de doble mango.
Posteriormente se podrá aplicar la técnica de siembra directa, donde ya no se labrará más la tierra, depositándose las semillas o plantones en el lugar donde vayan a desarrollarse y cubriéndose después para que la tierra no quede visible. Si tenemos una gran superficie se utilizará una sembradora implementada en un tractor. Para pequeñas superficies podrán usarse sembradoras o plantadores manuales.
Un suelo que no se vuelva a labrar podrá ir, poco a poco, recuperando su biota. Volverá su estructura nuevamente, será capaz de nutrir a las plantas, recuperando los servicios ecosistémicos, destacando la acumulación del carbono atmosférico por su importante papel en la mitigación del cambio climático.
4- Aportes diversos de materia orgánica:
Las diferentes corrientes dentro de la agroecología emplean métodos diversos para conseguir que la materia orgánica esté presente de manera continua. Una vez que los seres humanos estamos inmersos dentro del ecosistema para potenciar la creación de vida a nuestro alrededor, deberemos comenzar a cuidar siempre el suelo, procurando que nunca le falte materia orgánica, que nunca quede desnudo, imitando a la naturaleza pues siempre los cubre y arropa.
Por tanto los caminos para cumplir con este principio son muy diversos y a continuación solo se darán algunos ejemplos de los múltiples presentes.
Por un lado, la agricultura regenerativa opta por aportar la materia orgánica, incluyendo microrganismos eficientes nativos, a través del compost, del bocashi, de las trampas de arroz, de los biofertilizantes, del biochar y del estiércol.
La agricultura biodinámica realiza aportes de estiércol, que pueden incluir restos de poda, con preparados biodinámicos, muchos de ellos a base de plantas como la cola de caballo, la ortiga o la milenrama.
Ya los agroecosistemas agrícolas en fincas con diseños permaculturales incluyen: compost de excrementos y orina procedente de humanos, aguas grises, restos orgánicos de cocina, cartones, restos de poda de la finca o lugares próximos, ceniza, serrín, lana y estiércol.
Para finalizar, la agricultura sintrópica regenera el suelo mediante el aporte continuo de materia orgánica a partir de la vegetación plantada in-situ, denominada especies de servicio.
-A qué llamamos fertilidad de la tierra. Marisol Garrido:
https://marisolgarrido.net/wp-content/uploads/2019/12/A-que-llamamos-fertilidad-de-la-tierra.pdf
-La salud del suelo. FAO.
https://www.fao.org/3/i2215s/i2215s02.pdf
-Alternativas para el manejo sostenible de la fertilización de suelos y nutrición vegetal.
https://www.fao.org/3/cc0964es/cc0964es.pdf
-Estado del conocimiento sobre la biodiversidad del suelo – Situación, desafíos y potencialidades. Resumen para los formuladores de políticas. FAO, ITPS, GSBI, CDB y CE. 2021:
https://doi.org/10.4060/cb1929es
-Materia orgánica en los sistemas agrícolas. Juana Labrador
https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/hojas/hd_1993_03.pdf
-Maquinaria para el laboreo mínimo y la siembra directa. MAPA:
https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/hojas/hd_1990_05.pdf
-Manual para el diseño e implementación de un modelo agroalimentario regenerativo: el sistema Polyfarming. CREAF:
https://polyfarming.eu/wp-content/uploads/2021/06/Manual_Polyfarming.pdf
-Introducción al método agrícola biodinámico. E. Pfeiffer:
https://biodinamica.es/wp-content/uploads/documentos/IntroduccionBiodinamicaPfeifer.pdf
-Los suelos vivos. El escarabajo verde:
https://www.youtube.com/watch?v=lHIQNy-Ch0w
-The Roots of Your Profits – Dr Elaine Ingham:
https://www.youtube.com/watch?v=x2H60ritjag&t=788s
-La vida en el suelo:
https://www.youtube.com/watch?v=DS9qt75LVW4
-Fertilización del suelo. Marisol Garrido:
https://www.youtube.com/watch?v=PGrTxTIjpO8
-Living soil film. Soil Health Institute:
https://www.youtube.com/watch?v=ntJouJhLM48
-La internet del bosque. El escarabajo verde:
-Portal de suelos de la FAO:
https://www.fao.org/soils-portal/es/
-Soil food web school:
-Soil Health Institute:
https://soilhealthinstitute.org/
-Ana María Primavesi:
https://anamariaprimavesi.com.br/tag/espanol/
-The Regen Academy, agricultura regenerativa:
-Agenda Gotsch (Ernst Götsch’s syntropic farming official web) :
-Maine Organic Farmers and Gardeners:
https://www.mofga.org/resources/soil/agricultural-soil/
-Centro de Pesquisa em Agricultura Sintrópica:
-Global soil week:
-Asociación Española de Agricultura de Conservación de Suelos Vivos:
http://www.agriculturadeconservacion.org/
-Maquinaria agrícola. MAPA:
-Sergi Caballero, permacultura:
-Atlas mundial de la biodiversidad del suelo:
https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/recursos/pag-web/soil-biodiversity-atlas.aspx
-Arraigados a la Tierra. Francesc Font. Editorial Diente de León.
-Agricultura Sintrópica según Ernst Götsch. Fernando Rebello y Gabriela Sakamoto. Editorial Reviver.